Cultura y productos culturales

El primer reto al que nos enfrentamos para la creación de este blog es saber dar una definición acertada de cultura, puesto que si no sabemos cómo definirla tampoco sabremos por qué la película de Alicia en el país de las maravillas es un producto cultural.  Para ello, debemos comenzar por ampliar nuestro conocimiento sobre qué es la cultura, navegando en información y contenidos de otros autores que han pensado sobre esta cuestión. El artículo propuesto por la profesora y en el que está basada la mayor parte de nuestra reflexión es un capítulo del libro Cultura popular, industrias culturales y ciberespacio, de los autores  Roberto Aparici Marino y Víctor Manuel Marí Sáez, publicado en 2003. El capítulo en cuestión es CÓMO ESTUDIAR LA CULTURA SI HAY TANTAS DEFINICIONES. Partiendo de la lectura y comprensión del mismo desarrollamos este pensamiento.

Como podemos observar a lo largo de la historia han sido varias las definiciones relacionadas con el término cultura. Nosotras consideramos la cultura como el conjunto de procedimientos mediante los cuales interpretamos lo social, nos relacionamos con el resto de individuos y organizamos las relaciones sociales. Esta organización se da mediante una interpretación del orden que hace factible el engranaje de la sociedad y los personajes que la ayudan a que sea favorable.

Como veíamos en el texto, la cultura se ha definido en ocasiones como aquello construido por los humanos, fuera de la naturaleza, creado por una sociedad, la cual establece el desarrollo de la misma, es decir; su producción, la distribución, la política… fomentando todos los ámbitos que afectan a esta. Por lo que para que haya cultura, a nuestro parecer, se necesita una sociedad donde germine y florezca. Pero no es el único requerimiento, puesto que, si las personas que la componen no poseen un juicio crítico, el cual les permite replantearse su postura como ser individual, y su papel en el conjunto de la sociedad, no es posible hablar de cultura. Esta idea puede ser muy brusca, pero es que el juicio crítico es algo que la sociedad lleva en su adn. Con esto no se quiere decir que todo el mundo tenga juicio crítico, pero tampoco se puede concebir un conjunto social en el que al menos un individuo no lo tenga o lo haya tenido. Por lo tanto vemos necesario el pensamiento y juicio crítico para la confección cultural.

Necesitamos que la sociedad, desarrolle su personalidad a través de este espíritu crítico para la generación de cultura, ya que la cultura también es eso, un conjunto de prácticas intelectuales y artísticas que dotamos de valor y significación para la sociedad concreta en la que nos encontremos. Ya que cada sociedad engendra y establece unos actos y símbolos diferentes, creando múltiples interpretaciones culturales que viene marcadas en primera instancia por el lugar y la fecha. Por lo que en parte esta cultura depende de las características de los miembros que componen la sociedad en la que se desarrolla. En el texto planteado, se nos proponen dos sociedades, que según su estructura de relaciones, pueden ser de un modo u otro, en este caso la sociedad que proponemos sería una sociedad de sentido, debido a la importancia de las relaciones de significación. 

Nos encontramos en un mundo cada vez más conectados, donde las características de los individuos que componen las diferentes culturas, tienden cada vez a ser más similares, al igual que cada vez existen mayor relación multicultural, ya que las culturas conectan unas con otras, a causa de la globalización que impera en nuestros días. Habiendo una sociosemiótica de la cultura, es decir una apropiación de ciertos significados o funciones en otras. 

Para nosotras cultura, es más un sustantivo que un adjetivo, ya que engloba dentro de ella muchas cosas, pero tiene para cada persona una definición universal ( a veces un poco personal) de cultura, que en nuestro caso es la aportación o desarrollo determinado de una sociedad o de varias. Esta incluye todo proceso, que haya tenido que desarrollar el individuo o la sociedad para llegar hasta ese punto, tanto en el imaginario personal como la práctica social. A lo largo de la historia se van renovando los diferentes procesos que han compuesto ciertas culturas, por lo que cuenta tanto el desarrollo anterior, como el actual.

Una vez concretada la definición de cultura, comenzamos a justificar el por qué para nosotras la película Alicia en el país de las maravillas, dirigida por Tim Burton y publicada en 2010, es un producto cultural. 

La historia de Alicia se narra a través de la creación de un film, es decir, una grabación construida por los humanos  y desarrollada por la sociedad. Lo que queremos decir con esto es que, para nosotras, y según nuestra definición de cultura, la historia de Alicia es una producto cultural.

En primer lugar, se trata de una historia que se ha adaptado a diferentes momentos sociales, es decir, es una historia de siempre contada de diferente manera, mimetizándose entonces  con cada momento del desarrollo social, y por tanto cultural. 

La historia original le pertenece a otro producto cultural, una novela escrita por  escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, bajo el seudónimo de Lewis Carroll, publicada en 1865. Y en 1871 publica A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, una continuación de Alicia en el país de las Maravillas.

Después, en 1951 Disney publicó un largometraje de animación en el que se narra la misma historia de una manera diferente, se adaptan los dos libros de Lewis Carroll bajo el título Alicia en el país de las maravillas. El film estuvo dirigido por Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske.

Y, nuevamente Disney, en 2010 publica una película de fantasía dirigida por Tim Burton, basada tanto en los libro de Lewis Carroll, como en la película de 1951. 

Este desarrollo también nos muestra las vistas particulares, es decir, el imaginario personal y las características de aquellos que confeccionan los producto culturales. En su globalidad son creados por la sociedad, pero en concreto están concebidos por sus directores y creadores, aquellos que les dan forma. Por tanto, ¿qué sabemos del director?

Tim Burton es escritor, dibujante, productor y director estadounidense. El hecho de que el director sea estadounidense puede entrever cómo la globalización de nuestra época nos hace consumir y copiar productos culturales de otras sociedades, y por ende de otras culturas.  También, refuta la afirmación de que la película es un producto cultural, puesto que Tim Burton confecciona productos culturales, siguiendo con la idea anterior de ver la cultura como el conjunto de prácticas intelectuales y artísticas que como sociedad dotamos de valor y significación. 

Como ya se ha mencionado anteriormente, el director a través del producto ofrece su enfoque personal, es decir aplica su imaginario personal y su práctica social  para la confección de sus creaciones. Con esto queremos decir que Tim Burton es un claro ejemplo de este hecho,  ya que  la mayoría de sus películas tiene su peculiar punto de vista. En él se exploran mundos imaginarios con elemento oscuros y góticos, con personajes y protagonistas inadaptados, enigmáticos o marginados. Por lo que además, de mostrarnos su imaginario personal, también expresa su juicio crítico de la manera más personal y fantástica, en este caso.

Por todo esto, para nosotras, esta película es un producto cultural.

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO