Como bien sabemos, la película de Alicia en el País de las Maravillas es una versión inspirada en los libros Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, ambos de Lewis Carrol.
Estos cuentos han tenido un largo recorrido en el audiovisual y se han convertido en un referente importante en la cultura occidental. Ha habido todo tipo de versiones e incluso producciones que han sido inspiradas en estos para realizar algo mucho más libre.
Nuestra película está basada en la sociedad inglesa del siglo XIX, por lo que en ella podemos ver reflejada la sociedad occidental de la época. Un ejemplo es la ceremonia del té, uno de los grandes emblemas de las costumbres inglesas.
A pesar de estar basada en esta sociedad occidental, vemos referencias orientales como la Oruga Azul sentada encima de una seta fumando en una pipa oriental. Además, tras la muerte de su padre, Alicia quiere ampliar la ruta comercial de éste a China, con la intención de ser los primeros que unan dichos lugares.
Así mismo, podemos ver una relación entre la cultura occidental y la cultura oriental en la película de Babel representada a través de sus protagonistas.
En las sociedades occidentales, se distinguen dos focos origen de la cuestión sobre la diversidad cultural en el campo de las políticas: por un lado, todo lo relacionado con la inmigración extranjera, presente en la película con el caso de la niñera mexicana y, por el otro, con la presencia de diversas comunidades culturales dentro de un mismo estado.
El choque cultural que se aprecia en la película entre el grupo de turistas y los habitantes del poblado marroquí es una evidencia de la falta de unidad de los efectos de la globalización y de la tensión entre dos órdenes simbólicas que se confrontan: Occidente - Oriente. En la conducta de los turistas, desconfiados de la población local, podemos reconstruir el proceso con el que Occidente contempla a Oriente y delimita el rostro del otro, que encuentra tras el aspecto ajeno a su identidad, sin afectar su especialidad cultural. El conflicto comienza con el miedo al extraño, de ahí que aparezcan mecanismos de rechazo, reflejados en muchas ocasiones con la intolerancia y la violencia. Únicamente cuando se consigue observar fuera de los propios estereotipos culturales se conecta y se comunica con la humanidad del otro.
Una vez más podemos ver el reflejo de un oriente más pobre respecto a un occidente más rico.
A partir de cuatro historias diferentes que convergen entre ellas, nos muestra un fiel retrato del mundo y de las segmentaciones sociales que existen en él: desde una familia marroquí atada a la tradición y los medios básicos de subsistencia; a un matrimonio norteamericano que se suma a un turismo exótico masificado en busca de nuevos estímulos para sus vidas; una mujer mexicana que vive en EE.UU de manera ilegal y que se desvive por el cuidado de unos niños americanos; hasta una adolescente japonesa sordomuda abrazada por la modernidad, la tecnología y la elegancia que debe hacerle frente a su soledad debido al suicidio de su madre y a la falta de comunicación con su padre.