ALICIA BY ADORNO

Alicia es un producto cultural, es decir, una mercancía de la industria cultural que nutre a la cultura de masas.  Esto es lo que diría Theodor Adorno ante la película de Tim Burton. Es un producto o mercancía puesto que se genera para el entretenimiento y la diversión de los espectadores. Pertenece a la industria cultural del cine. Industria que busca la creación de contenidos de manera masiva para mantener al espectador obnubilado y tranquilo, porque no se quiere que piense, solo se pretende brindarle entretenimiento en sus ratos libres pero que siga cumpliendo con su cometido social.  Realmente, todos los productos de esta industria al regirse por una fórmula del éxito son prácticamente parecidos, esto genera que la vida real muchas veces se convierta en una prolongación de lo que el cine nos muestra. Lo que hace es marcar como unas pautas de normalidad que la gente debe seguir. Adorno intentaba mostrarnos que gracias a la anormalidad es posible la normalidad, es decir, si algo se define como normal es porque hay algo antagónico que nos permite crear esa diferencia. Pero en la industria cultural lo que pretenden es una homogenización de los sujetos a través de discursos construidos y vendidos en masa, porque no se quiere la individualidad del sujeto se quiere una masa uniforme que sea guiada por las industrias culturales. Y esta homogenización no es una cualidad propia de países concretos, si no que gracias a la llegada de Internet se ha extendido. Lo que se quiere introducir es que la masa uniforme tiene un alcance global, no hay diferencias entre los discursos de diferentes ideologías, es todo por y para mantener la maquinaria activa.

Todo lo anterior es cierto, pero dentro de las mercancías culturales Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton es una película que dentro de los márgenes intenta mostrar una nueva perspectiva. Como ya sabemos este director, Tim Burton, tiene fama debido a su imaginario atípico y fuera de lo común, con unos gustos que no son para nada mayoritarios o generales. Aún así el hecho de que se le haya encomendado una película de Disney es algo curioso. Lo definimos así porque ¿cuál podría ser el fin último de esta integración de una persona con gustos anormales o poco comunes? Pues como bien nos señalaba Adorno, el fin último es que los marginados se vean reflejados en la masa y se adhieran a ella, creyéndose libres de esta elección.  Lo que busca el capital es que la rueda siga girando a su favor y para eso lo que hace es ofrecer una gama de productos con diferentes representaciones, pero que recogen el mismo discurso. Por lo tanto, se le crea la ficción al individuo de una capacidad de elección ante la oferta que recibe, pero esta no es cierta. Por este razonamiento creemos que el uso de Tim Burton por parte de Disney fue una estrategia para atraer a un público al que todavía no había cautivado. Porque el mismo director es una mercancía alienante de la cultura de masas.

 A parte del director, la historia en sí misma es arte, pero no un arte racional, sino un arte creativo y necesario de imaginación. Lo que pasa que al llevarla a la industria del cine se le quita toda parte de reflexión al espectador para que en vez de tener un visionado activo sea un ente pasivo que simplemente aprecie el desarrollo de la trama, sin preguntarse qué puede intentar transmitir. Recordemos que Alicia pasa de estar en su pedida de mano en la que es el bicho raro que no comprende el sentido común que le imponen socialmente, a entrar en un mundo totalmente fuera de lo común en el que es la protagonista y la salvadora pero que sigue siendo el bicho raro por aplicar ese sentido común aprendido en el mundo real. Según va transcurriendo la historia la joven va conociendo a diferentes personajes que le aportan diferentes lecciones anormales que le ayudaran a pasar las “pruebas” que se le presentan para volver a casa.  Por lo tanto en esta perspectiva el verdadero mensaje de la película es que Alicia pierde el miedo a contradecir a la sociedad para poder luchar por su sueño, la aventura de lo desconocido.

Como conclusión decir que para nosotras Alicia es un producto cultural pero que tiene un alto grado de reflexión si cae en las manos adecuadas, es decir, si esta película es visionada por un espectador activo seguramente sea capaz de poder deducir criticas inscritas en ella para poder apreciarla por lo que realmente es, arte.

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